Caballos jóvenes

El cuidado de los caballos jóvenes es un poco más sencillo que el cuidado de un potro recién nacido, aunque hay que tener en cuenta que esta etapa de crecimiento del caballo es fundamental para el futuro del caballo en la equitación. El caballo debe ser tratado con mucho cariño, es decir sin brusquedad y sin maltratos. Para el humano que cuida a los caballos en esta etapa el riesgo de salir maltratado físicamente por el caballo es mayor, ya que el caballo empieza a desarrollar hormonas y se pone más "juguetón". Al ser más "juguetón", el caballo va a tener movimientos bruscos contra la persona, movimientos que si bien pueden maltratar a la persona, no son con intención de maltratar, son simplemente un juego. Este tipo de acciones debe ser evitado y cuando ocurran corregido para evitar que el caballo lo haga frecuentemente, lo cual sería muy peligroso.

                         
La pesebrera de un caballo joven contiene prácticamente los mismos materiales y objetos que la pesebrera de un caballo adulto y un caballo anciano, la diferencia es que, dependiendo de la voluntad del dueño, el caballo podría tener algún balón para que juegue con él en la pesebrera y así evitar que el caballo intente jugar con el humano.



Los caballos jóvenes sí necesitan salir al potrero, es más, entre más tiempo estén en el potrero mejor. Estos caballos, especialmente cuando aún no se montan, deberían tener entre seis y ocho horas de potrero diarias. En los desplazamientos entre el potrero y la pesebrera toca tener mucho cuidado ya que en esos momentos el caballo podría agredir a las personas con mayor facilidad.
Cuando se montan, las horas en el potrero podrían reducir para que el total sea entre 4 y 6 horas, pero hay que tener en cuenta que en esta etapa la cantidad de tiempo y exigencia física que se le impone al caballo en el trabajo son mínimos.

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